lunes, 23 de septiembre de 2013

Un hermoso himno a la libertad

     Al acabar la jornada escolar y ver salir de clase a los alumnos de 1º de ESO, no pude dejar de acordarme del comienzo de Miau, la estupenda novela de Benito Pérez Galdós:

     "A las cuatro de la tarde, la chiquillería de la escuela pública de la plazuela del Limón salió atropelladamente de clase, con algazara de mil demonios. Ningún himno a la libertad, entre los muchos que se han compuesto en las diferentes naciones, es tan hermoso como el que entonan los oprimidos de la enseñanza elemental al soltar el grillete de la disciplina escolar y echarse a la calle piando y saltando. La furia insana con que se lanzan a los más arriesgados ejercicios de volatinería, los estropicios que suelen causar a algún pacífico transeúnte, el delirio de la autonomía individual que a veces acaba en porrazos, lágrimas y cardenales, parecen bosquejo de los triunfos revolucionarios que en edad menos dichosa han de celebrar los hombres...".

 

domingo, 1 de septiembre de 2013

1º de Septiembre de 1889. Diario de Tolstói: trabajar los unos para los otros

     El 1 de Septiembre de 1889, Lev Tolstói se encontraba en Yásnaia Poliana, la aldea rusa donde el escritor y pacifista anarquista montó una escuela libre para los niños y niñas campesinos. Ese día se levantó temprano y anotó en su diario:

     "Pensé: la situación más desventajosa para los seres humanos (desde el punto de vista económico y desde todos los puntos de vista) es la de un hombre que trabaja sólo para sí mismo, se defiende, se provee sólo a sí mismo. Pienso que si fueran así las cosas, si no hubiera grupos o al menos familias en las que los hombres trabajan unos para los otros, la gente no podría seguir viviendo. La organización más ventajosa para los seres humanos (desde el punto de vista económico y desde todos los puntos de vista) sería aquella donde cada uno pensara en el bien de los demás y se dedicara con verdadera devoción al servicio de ese bienestar. Si todo el mundo estuviera así dispuesto, cada uno recibiría el máximo bienestar. Pero esa aspiración al bienestar común no existe entre los seres humanos; por el contrario, cada uno aspira a su propio bienestar en detrimento de los demás, y esta disposición de ánimo es tan poco ventajosa que en la lucha muchos se debilitan enseguida..."

     Querido Lev Tolstói, el 1 de Septiembre de 2013, aquello que escribiste hace 124 años, aquella aspiración al bienestar común, sigue presente.
 
Lev Tolstói: Diarios (1847-1894), Barcelona, 2002, El Acantilado; la cita en pp. 315-1316