domingo, 17 de noviembre de 2013

¿De tod@s para tod@s? Un documental sobre la educación pública en España y una entrevista con su guionista y realizador, Jaime Bartolomé (eldiario.es)



"Hay un problema sobre el que todos los profesionales se han mostrado de acuerdo y es que tenemos un currículo diseñado por profesores universitarios para todo el mundo, no sólo para la gente que va a ir a la universidad. Para ellos está muy bien, pero influye en la tasa de fracaso escolar y de abandono temprano. Hay países en los que las asignaturas tienen un nivel más práctico, todos tienen su título de Educación Secundaria pero con puntuaciones según su nivel –tienes un 3 o un 4 en matemáticas e indica tus competencias–.
En España, de alguna forma, nos negamos a entrar en estos debates. Todos se escandalizan con las puntuaciones del informe PISA pero nadie incide en que tenemos un índice muy alto en memorización y muy bajo en capacidad analítica, y eso no significa que seamos mejores en lengua que en matemáticas, sino que tenemos gente con menos capacidad crítica y de análisis. Eso es mucho más precoupante que alguien se sepa o no los ríos de España de memoria. Es como si siguiéramos prisioneros de la lista de los reyes Godos. Tenemos un sistema anclado en lo memorístico y da la sensación de que nadie está dispuesto a debatirlo salvo los profesionales, y de ambos signos. Esto es algo donde hemos encontrado, llamativamente, un gran consenso". (Entrevista completa)

domingo, 10 de noviembre de 2013

Desconfianza, disciplina y control

    A simple vista, puede parecer una anécdota sin importancia, pero pienso que es un síntoma que refleja algo más preocupante. 
    Hace unos días, el director de mi instituto se dirigió a mí –evidentemente incómodo– porque algún compañero se había quejado de que yo dejaba salir a mis estudiantes algunos minutos antes de que sonara el timbre al finalizar la jornada escolar. Le dije que era cierto, que algún que otro día, cuando habíamos terminado la clase y quedaban aún 3 ó 4 minutos, permitía a mis estudiantes de 2º de Bachillerato (17 años) que se fueran ya para casa.
     Lo que me chirría de esta situación, al margen de lo correcto o incorrecto de mi actuación, es la confianza que este compañero/a muestra hacia la autoridad y la desconfianza y sospecha hacia el compañero o el igual. Me preocupa el recurso cada vez más frecuente a la autoridad para resolver el más mínimo incidente o conflicto en la escuela, como si fuéramos niños que al primer pellizco llamamos a papá. ¿Por qué ese compañero o compañera no me comentó a mí que intentara no dejar salir antes a los estudiantes, que al hacerlo desconcentraba a los de su aula y que le impedía terminar con normalidad su clase, como hubiera sido lo natural entre compañeros?
     Otro elemento que también me da que pensar a partir de este aparentemente inocente incidente es ese celo excesivo hacia el orden y la disciplina que domina y asfixia hoy nuestras instituciones, y que en realidad oculta un miedo a la espontaneidad y a perder la compostura, lo que tanta falta nos hace.