miércoles, 28 de septiembre de 2011

Las clases de historia

     Mis estudiantes de 2º de Bachillerato de Historia de España muestran un claro rechazo a una dinámica de clase que se apoye únicamente en el libro de texto: "Se aprende menos leyendo el libro de texto y realizando las actividades que vienen en el libro"; "No veo provechosas las clases ceñidas al libro, me parecen aburridas y creo que se pierde mucho interés"; "Aprendo menos y peor con el libro de texto ya que lo memorizo todo y en poco tiempo lo olvido". Estas son algunas de las frases que me han escrito en unas cuestiones iniciales que les hago al comenzar el curso.
     Sus largos años de escolarización les han enseñado una dinámica rutinaria de la enseñanza de la historia que se apoya esencialmente en la lectura del libro de texto en clase, el subrayado, la realización de las actividades de ese libro de texto, la memorización en casa y la realización del examen después de cada tema.
     Frente a esa dinámica, ellas (las chicas representan más del 60%) y ellos prefieren clases donde desempeñen un papel más activo, con debates e intercambio de ideas y opiniones, con trabajos, con documentales y películas "con las que me es más fácil imaginarme, entender y comprender cómo era la época y la situación", con salidas fuera del instituto y con explicaciones "que sean como historias que nos hagan meternos en el papel"
     En este sentido, recuerdo una entrevista al historiador Josep Fontana en la que comentaba que la memoria del historiador no es una memoria de fechas, sino una memoria de relación y que toda ciencia y saber –desde la historia a la paleontología– al final lo que hace es explicar una historia, contar y narrar una historia a la gente. No podemos abrumar a los jóvenes estudiantes de historia con fechas y más fechas, con multitud de conceptos analíticos y teorías. Hay que hacer un esfuerzo por construir un relato que pueda despertar su interés y su mente.
     Cada comienzo de curso sifnifica para estudiantes y profesores una nueva aventura. La nuestra recorrerá una buena parte de la historia de España y, parafraseando a Benito Pérez Galdós en su novela Trafalgar: "De todo esto diré alguna cosa, si no os falta la paciencia. Mi relato no será tan bello como debiera, pero haré todo lo posible para que sea verdadero".

martes, 13 de septiembre de 2011

Capital cultural, docilidad y éxito o fracaso escolar

     En un post anterior apunté algunos rasgos característicos del concepto de "capital cultural", según el sociólogo francés Pierre Bourdieu, y la importancia del mismo en la reproducción de las desigualdades sociales, también en la escuela. En el siguiente fragmento de una entrevista, Bourdieu apunta de forma simple y pedagógica la estrecha relación que existe entre la transmisión del capital cultural que se da en el seno de las familias y el éxito o fracaso escolar. Junto a ese capital cultural, es de gran importancia también "la buena voluntad en la escuela" o docilidad, rasgo que está más presente en las chicas –adiestradas en él desde pequeñas– que en los chicos:

lunes, 5 de septiembre de 2011

Septiembre

     Una ojeada a los periódicos de los primeros días de septiembre muestra un panorama desolador: presión desvergonzada de los mercados y especuladores, recortes de los gobiernos en materias antes intocables como educación y sanidad, líderes políticos dándose codazos para situarse lo más arriba posible en los contratos petrolíferos con la nueva Libia, privatización de cárceles en Brasil, asesinato de activistas defensores de la selva amazónica, mujeres mejicanas desaparecidas víctimas de la trata de personas, hambruna imparable en Somalia...
     La retahíla podría ser interminable y para continuarla basta con abrir un periódico o mirar un telediario cualquiera de estos días. Me limito ahora al caso español y a los anunciados recortes en materia de enseñanza, colocando el enlace a tres artículos de opinión que desenmascaran algunas mentiras y dejan al descubierto la seria amenaza que supone reducir gastos en educación:

     "Pan para hoy, hambre para mañana", de Francisco Imbernón.
      "Menos maestros, más policías", de Ignacio Escolar.
     "Trabajas menos que un profesor", de Isaac Rosa. 


(PD: Para ser justos, una mirada a esos mismos periódicos también permite leer que el movimiento 15M sigue en pie de paz contra el sistema corrupto actual, que muchos profesores españoles no están dispuestos a tragarse los recortes sin resistir, que miles de estudiantes en Chile y Brasil han salido a la calle para reclamar más fondos para la educación pública, que los campesinos sin tierra en Brasil continúan con sus movilizaciones, que activistas de Greenpeace han tomado el Algarrobico para exigir su demolición...)