sábado, 31 de octubre de 2009

Enseñar a pensar... con José Luis Sampedro

En estos diez minutos escasos de entrevista, el escritor José Luis Sampedro toca varios temas que me interesan sobremanera: el ejercicio de la libertad como posibilidad de decir “No” al poder; la comprensión del otro como práctica de horizontalidad y de democracia; el enseñar a pensar como objetivo esencial de la educación; y las dudas acerca del papel que las nuevas tecnologías pueden desempeñar en esta tarea de enseñar a pensar…


Pienso en esa gimnasia de la libertad que practican diariamente muchos estudiantes adolescentes, en el placer de la resistencia cuando se desobedece al que manda. Pienso también en la interesante distinción entre los términos tolerancia/comprensión. Pienso, al escuchar que escribir es vivir, en la necesidad de ejercitar la lectura y la escritura entre los estudiantes. Pienso en la escuela 2.0 y en los obstáculos al pensamiento libre…

(Entrevista en la 2 Noticias, 2008)

martes, 27 de octubre de 2009

Presentación del libro Sociología y anarquismo...


Mañana miércoles 28 de octubre se presenta el libro en Bilbao. Más información en la página de la Fundación Anselmo Lorenzo: http://fal.cnt.es/?q=node/7474

viernes, 23 de octubre de 2009

Los profesores racionalistas


Anselmo Lorenzo, uno de los anarquistas españoles más veteranos e ilustres, colaboró como traductor para la biblioteca de la Escuela Moderna. En el prefacio que escribió para la obra póstuma de Ferrer, su memoria de la Escuela Moderna, escribió estas palabras sobre la tarea que tenían que desempeñar los profesores racionalistas:


"... destruir atavismos, enseñar verdades, formar caracteres, impedir la formación de masas sectarias e inconscientes y hacer de cada hombre y de cada mujer un ser pensante y activo, de positivo y de idéntico valor, sobre el cual no pueda sostenerse falso prestigio de autoridad indebida, de modo que la justicia entre las relaciones humanas sea un resultado sencillo y práctico de las costumbres".


Consideraba además esta tarea como la más importante de todas. "Hermosa misión la vuestra; no hay ya otra en el mundo que la supere".

martes, 20 de octubre de 2009

Trabajo, salario y bien común

Leo el cuaderno de trabajo de Jorge Riechmann (Bailar sobre una baldosa) y en su página 18 me detengo ante la siguiente anotación:

"Pocas condenas peores que tener que trabajar sin poder sentir que se contribuye al bien común. Sólo este aspecto convierte ya el mundo laboral en un infierno para la mayoría de mis contemporáneos.

Se puede trabajar para ganar un salario, o para construir una comunidad. Lo primero suele ser una condena; lo segundo es una meta"

Pienso en los millones de personas que en el mundo ya están condenadas, que no tienen escapatoria y que luchan por sobrevivir con unos salarios miserables. Pero pienso también que las personas que trabajamos en el mundo de la educación y que tenemos más o menos un salario digno (hablo del mundo sobredesarrollado) no podemos perder de vista este matiz. Nuestro trabajo es mucho más que un salario (imprescindible para la vida, qué duda cabe); es una manera de contribuir al bien común, una manera de hacer comunidad (más libre y más justa). Ver nuestro trabajo como una meta y no como una condena...

domingo, 18 de octubre de 2009

Kropotkin y Ferrer Guardia. Sobre los métodos de enseñanza y la escuela actual


Piotr Kropotkin, una de las figuras más emblemáticas del movimiento anarquista, mantuvo contactos con Ferrer Guardia y colaboró con el periódico impulsado por éste, La Huelga General. El modelo de escuela de Ferrer se inspiraba también en algunos de los principios propuestos por Kropotkin, especialmente en la importancia que éste daba al apoyo mutuo como mecanismo de evolución social y de aprendizaje. Frente a la competitividad, la Escuela Moderna apostó por el aprendizaje solidario y cooperativo. En una carta que el príncipe anarquista ruso escribió a Francisco Ferrer, mostraba su inmensa alegría al conocer sus proyectos de escuelas racionalistas y sus propuestas pedagógicas libertarias. Como todos los anarquistas, Kropotkin consideraba que la educación era una cuestión central para comenzar a construir una nueva sociedad más justa y más libre. El impulso para desarrollar las nuevas escuelas debía venir de dos factores especialmente relevantes: “la influencia personal de los que enseñan” y “el modo de enseñar”. Kropotkin consideraba que el derroche de tiempo en las escuelas alcanzaba proporciones vergonzosas. Los estudiantes perdían demasiado tiempo en tareas y en contenidos absurdos e innecesarios. De la enseñanza de la historia, por ejemplo, comenta en la citada carta: "En todas partes la historia en la escuela es tiempo absolutamente perdido para aprender nombres, leyes inomprensibles para los niños, guerras, mentiras convencionales...". Frente a este modelo dominante, el saber que se aprendiera en las escuelas debía ser concreto, societario, integral y popular. Un saber apegado a los problemas de la vida real, construido de forma colectiva, combinando destrezas manuales e intelectuales y que fuera realmente un aprendizaje adquirido por toda la población. ¡Se acabaron los tiempos en que el saber estaba reservado para una minoría privilegiada!

Las propuestas de la Escuela Moderna y de Kropotkin resultan de rabiosa actualidad. Y afortunadamente hay colectivos que apuntan en esa línea: las escuelas libres y libertarias, los movimientos de renovación pedagógica y muchos maestros y profesores de la enseñanza pública. Uno de estos colectivos, la red IRES, ha publicado un manifiesto donde se critica el estado actual de la educación y donde se apunta que uno de los principales obstáculos para salir de esta situación de crisis es la vigencia del modelo tradicional de escuela y de los métodos pedagógicos asociados al mismo. En el citado manifiesto, se recogen algunas posiciones de clara raíz libertaria, como son la apuesta por un cambio de abajo-arriba, el desarrollo de una enseñanza integral y la conexión con los grandes problemas de nuestro tiempo. Se defiende que “la mejora de la escuela no es básicamente una cuestión de leyes, sino de cambio cultural, social y comunitario”, que la educación debe estar “centrada en los estudiantes y en su desarrollo integral (corporal, intelectual, social, práctico, emocional y ético)” y en la que se aprendan “contenidos básicos vinculados a problemáticas relevantes de nuestro mundo, buscando la calidad frente a la cantidad, la integración de materias frente a la separación”.

martes, 13 de octubre de 2009

VIVA LA ESCUELA MODERNA


Un día como hoy de hace un siglo, el 13 de Octubre de 1909, fue ejecutado el pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardia. Su condena a muerte, que despertó un movimiento de solidaridad en gran parte de Europa, hay que enmarcarla en la huelga general y la revuelta popular que estalló en Barcelona y otras poblaciones catalanas en julio de 1909 para evitar el embarco de reservistas que iban a luchar en Marruecos. Ferrer fue considerado, sin pruebas fiables, uno de los instigadores principales de la revuelta. Una revuelta que fue mucho más profunda que el rechazo del embarco de reservistas hacia Marruecos y donde estaba presente como telón de fondo la precariedad social de las clases populares, el odio de clase hacia la burguesía, el antimilitarismo y “la frustración que supuso para esta clase obrera el cierre de todas sus iniciativas escolares, que representaban el único camino posible hacia un proyecto de autoeducación que no les estaba asegurado por un Estado central abúlico y ajeno a sus problemas”. Para entender y enmarcar la figura de Ferrer Guardia en un contexto social más amplio es sumamente recomendable la lectura de La semana trágica. Barcelona en llamas, la revuelta popular y la Escuela Moderna. Madrid, La esfera de los libros, 2009. Escrito por la historiadora Dolors Marín y de donde extraigo la cita anterior (p. 19).
Ferrer Guardia había impulsado La Escuela Moderna, una escuela que quería ser laica, integral, mixta, racional e interclasista. El Estado y la Iglesia no estaban dispuestos a aceptar un modelo educativo tan moderno y contrario a sus intereses. El fracaso de aquella semana revolucionaria fue también, pues, el fracaso de las propuestas educativas de racionalistas y anarquistas. De una escuela que veía la educación como una herramienta de liberación personal y de transformación social, de una escuela crítica y libre, antiautoritaria, sin premios ni castigos, con derechos y obligaciones, una escuela conectada con su entorno social y natural, coeducadora de sexos y clases sociales, una escuela que trabajara los razonamientos y desvelara la falsedad de los dogmas.
En estos tiempos que corren, las propuestas de la Escuela Moderna pueden aportar algo de luz para salir de la crisis educativa, pues no en vano lo que más se escucha en los medios de comunicación, en las instituciones políticas y entre no pocos círculos de maestros y profesores es la necesidad de políticas más autoritarias y de modelos más disciplinarios. Y todo ello con una Iglesia que no deja de importunar y de sacar la mayor tajada en lo que para ellas es el negocio educativo.
(La 2 de TVE emitió un documental sobre la Escuela Moderna que se puede ver en el siguiente enlace)

lunes, 12 de octubre de 2009

Un cero a la izquierda


Leo en Público que acaba de ver la luz en España Un cero a la izquierda, comic del dibujante Baru y del escritor Pierre Pelot. En él se retrata una sociedad condenada y podrida por la miseria y a punto de explotar. Quiero recalcar especialmente los siguientes comentarios del dibujante: “"Yo soy hijo de obrero y pude escapar de mi condición social gracias a la escuela". "Una sociedad está viva cuando la gente puede escapar de su condición, del determinismo social". "Yo no tengo ningún mensaje, sólo hago una constatación de un fracaso, el fracaso de una sociedad cerrada, en la que la gente como Anastase está rechazada, marginalizada".
El periodista pregunta a Pelot ¿Es Un cero a la izquierda una llamada a la acción revolucionaria, al anarquismo? A lo que el escritor responde: "No se trata para nada de llegar al terrorismo", responde Pelot, "el anarquismo no es una filosofía violenta, se basa en el respeto del otro".

¿Puede la escuela ayudar a que la gente escape de su condición social? ¿Puede el anarquismo ayudar a construir esa escuela?